Pautas de actuación ante la sospecha

Orientaciones para la actuación profesional ante sospechas de abuso sexual a personas con discapacidad intelectual.

 

La detección del abuso en personas con discapacidad intelectual pasa por que terceros normalmente personas cercanas a la víctima, se hagan eco del terrible suceso del que está siendo víctima y activen los procesos de denuncia y acompañamiento necesarios para que el proceso judicial se lleve a cabo sin vulnerar sus derechos. La intervención óptima pasa por saber detectar y saber intervenir sin contaminar el testimonio de la víctima, consultando o derivando a un servicio especializado, y brindar los apoyos que puedan ayudar para el proceso de policial y judicial, ofreciendo una evaluación de las capacidades que pueden afectar al testimonio, y sirvan para poner en marcha las adaptaciones judiciales pertinentes.

 

Con las orientaciones que exponemos a continuación la UAVDI pretende motivar y facilitar el necesario trabajo de acompañamiento y apoyo a la víctima con DI y su familia, ayudando a prevenir la revictimización derivada de un proceso mal llevado y contribuyendo a que cuenten con “formas adecuadas de asistencia y apoyo para las personas con discapacidad y sus familiares y cuidadores, proporcionando información y educación sobre la manera de prevenir, reconocer y denunciar los casos de explotación, violencia y abuso” (Convención de Derechos de las Personas con Discapacidad, ratificada por España en el 2007).

 

Primeras actuaciones ante una sospecha o revelación de abuso sexual a una persona con DI

 

Se pueden dar varias situaciones que nos hagan sospechar de un posible abuso cometido a una persona con DI:

  1. La persona con DI verbaliza que ha sido o está siendo abusado o presenta señales físicas o indicios de un posible maltrato.
  2. No hay verbalización por parte de la persona con DI pero presenta una serie de indicadores de sospecha de un abuso o lo que percibimos no concuerda con la explicación de las personas que cuidan a la persona con DI.

Para cada una de las situaciones deberemos activar diferentes procedimientos, para los cuales exponemos a continuación una serie de recomendaciones.

 

1. La persona con DI nos verbaliza que ha sido o está siendo abusado o agredido.

 

Lo primero que debemos tener en cuenta es que, aunque nos sorprenda, o aunque no presente ninguna sintomatología asociada a un posible abuso, siempre debemos dar importancia a la verbalización de una persona con DI referida a un abuso o agresión.

¿Qué hacer si una persona o familiar con DI nos declara que está siendo abusado?

  • Toma en serio lo que te ha dicho.
  • Escucha lo que quiere decirte. Tal vez seas la primera persona con la que comparte esa experiencia. Recomendamos que ante la verbalización, y más si ésta aparece de manera espontánea ante compañeros, te vayas a lugar a solas con la persona, y le pidas que te cuente con calma y con todos los detalles que pueda el episodio o los episodios que ha referido (utilizando las mismas palabras que ha utilizado la persona). Sólo debemos utilizar preguntas abiertas, nunca utilizar preguntas cerradas que puedan sugerir nada.
  • Registra todo literalmente, tus preguntas y sus respuestas, así como todo lo que observemos que pueda ser útil para el proceso de ayuda.
  • Ofrécete como apoyo y si la persona está en riesgo (u otras personas están en riesgo) hazle saber que para protegerla deberás compartir esa información con profesionales expertos en estos casos.
  • No le des respuestas apresuradas del tipo: “esto vamos a denunciarlo” o comentarios desalentadores o que infundan lástima (del tipo, “¿cómo te han podido hacer esto a ti?”) y mucho menos, mensajes simplistas de calma como “no te preocupes” o “no tengas miedo”.
  • En aquellos casos en los que refiera una agresión sexual o física reciente, debes llevarle inmediatamente al médico, como medida de protección y de preservación de evidencias.
  • Si valoras que la persona no sabe que lo que está viviendo es un abuso, o no sabe lo que significa la denuncia, date un tiempo con ella para explicarle lo que es un abuso y aquellas medidas que se pueden hacer para protegerle (te puedes servir de los materiales de fácil lectura en el apartado tu espacio).
  • En aquellos casos en los que se aprecia la necesidad de hacer una valoración con un recurso especializado, o se valora la posibilidad de denunciar, y la persona no tiene acceso a un abogado o no cuenta con un recurso o profesional cercano que pueda ofrecerse como facilitador , ponte en contacto con la UAVDI.

 

2. No hay verbalización por parte de la persona con DI pero presenta sintomatología compatible con un abuso o lo que percibimos no concuerda con la explicación de las personas que cuidan a la persona con DI.

 

Estos supuestos son sumamente complicados, especialmente si nuestro usuario o familiar con DI tiene dificultades importantes en la expresión verbal, por lo que lo primero que habrá que hacer es poner los máximos esfuerzos en observar a la persona, registrar el momento en que empiezan a aparecer los síntomas y consultar a un servicio especializado en abusos a personas con DI para coordinar el plan de acción con los profesionales que consultan.

 

Las conductas que se desprenden del abuso y trauma son los cambios repentinos de conducta, las agresiones a otros, las conductas autolíticas, las conductas sexualizadas, las conductas socialmente inapropiadas o el aislamiento social. Las investigaciones acerca de los efectos a largo plazo del abuso a un menor, indican un alto riesgo de padecer enfermedades mentales que reducirán su adecuado funcionamiento. Estos efectos incluyen: trastorno de estrés post-traumático, distorsiones cognitivas, disminución de la autoestima y estima por los demás, depresión, ansiedad y trastornos de la personalidad.

 

De todas formas es importante recalcar que cualquiera de los síntomas mencionados se puede deber a multitud de factores. Pero ese cambio está indicando que algo le está sucediendo a la persona. En estos casos, lo mejor es ofrecer a la persona con DI un servicio de terapia o que el profesional con el que más confianza tenga intente averiguar, de una manera neutralmente empática (es decir, sin estar condicionado por ninguna hipótesis previa, pero con ánimos de entender y responder al posible sufrimiento que está teniendo el usuario con DI) y con preguntas abiertas qué le está pasando.

 

Conviene detallar que no siempre el abuso deja una huella psíquica en la víctima. El impacto del abuso va a depender de multitud de factores (tipo de abuso, relación con el agresor, respuesta por parte de los cuidadores tras la revelación, contexto protector de la víctima, significado atribuido al abuso, etc), por lo que la mera presencia de los síntomas no implica necesariamente la experiencia de abuso, y su ausencia tampoco supone que no lo haya habido. Pero si hay verbalización espontánea de un abuso y además presenta sintomatología, entonces sí que podemos estar delante de un caso muy probable de abuso y deberemos activar inmediatamente los procedimientos de protección y denuncia.

 

Es frecuente que profesionales que no tienen experiencia con personas con DI atribuyan todos los síntomas psicológicos, las alteraciones de conducta o los desórdenes emocionales a la misma discapacidad, apareciendo
un efecto eclipsador, es decir, la discapacidad eclipsa, explica, todo lo que le sucede a la persona: “está nervioso porque tiene discapacidad”, “muestra masturbación compulsiva porque tiene discapacidad”, “tiene problemas de conducta porque tiene discapacidad”, son relaciones causales sin rigor científico, que no hacen mas que incrementar la vulnerabilidad de la persona con DI y provocar un inmovilismo profesional.

 

En cualquiera de los supuestos, la Unidad de Atención a Víctimas con Discapacidad Intelectual de la Fundación Carmen Pardo-Valcarce se constituye como servicio de apoyo y asesoramiento a los agentes implicados (profesionales de la entidad que trabaja con la supuesta víctima con DI, cuerpos y fuerzas de seguridad, profesionales médicos o agentes judiciales) así como a la víctima y su familia.

 

Apoyos para una posible denuncia

 

Ante un supuesto abuso a una persona con DI, hay toda una serie de apoyos que se le pueden brindar desde el momento mismo de la revelación para una posible denuncia y proceso judicial:

  • Ofreciéndonos como figura de referencia y apoyo para el proceso judicial.
  • Presionando para que se eviten las declaraciones reiterativas innecesarias y que pueden tener el peligroso riesgo de revictimización.
  • Dando a la víctima todas las explicaciones necesarias para enfrentar el proceso judicial.
  • Poniéndonos en contacto con especialistas que puedan hacer al valoración forense y el trabajo del facilitador en el proceso necesario.

Antes de activar el proceso de denuncia hay dos condiciones fundamentales que se deben cumplir:

  1. Contar con un contexto de protección para la víctima, previendo las consecuencias que se pueden derivar de la denuncia y asegurando que la víctima no está en contacto con el supuesto agresor en el momento de la denuncia. Si el supuesto agresor es el cuidador de la víctima y convive con él/ella, antes de la denuncia hay que llevar a cabo las condiciones que permitan activar las medidas de protección necesarias (irse a vivir a casa de un hermano, solicitar plaza en una residencia, ponerse en contacto con la UAVDI). Las medidas de protección siempre deben de consensuarse con la víctima con DI, ofreciendo todos los apoyos para que puede pronunciarse sobre dichas medidas de protección previas a la denuncia.
  2. Valorar si la persona con DI puede decidir si quiere denunciar a no. Para llevar a cabo esta valoración debemos tener en cuenta las siguientes condiciones.
  • Es mayor de edad.
  • Conoce lo que significa denunciar
  • Conoce las consecuencias derivadas de la denuncia (positivas y negativas)
  • No está coaccionado, presionado o amenazado.

Si valoramos que no tiene la capacidad de decidir sobre el proceso de la denuncia, deberemos, antes de proceder a poner la denuncia, dotar de todos los apoyos para que pueda decidir si quiere denunciar. Aunque tenga dudas y nosotros valoremos que es necesario poner la denuncia, dichos apoyos siempre le beneficiarán para afrontar el proceso judicial.

 

Para todo el proceso judicial es necesario que los profesionales que trabajamos con personas con DI ofrezcamos todos los apoyos necesarios para que la persona con DI no se encuentre en una situación de vulneración de sus derechos. Estos apoyos pasan por:

 

  • Acompañar en la denuncia un informe de lo registrado así como indicaciones para la adaptación de los procedimientos judiciales.
  • Aportar un informe de sus capacidades que pueden afectar al testimonio, y, por tanto, al proceso judicial.
  • Velar porque las entrevistas que se le hagan (en sede policial y judicial) estén adaptadas al nivel de comprensión y conforme a las capacidades de la víctima.
  • Presionar para evitar entrevistas innecesarias y por parte de profesionales que tienen el riesgo de presionar a la víctima o contaminar su testimonio.
  • Solicitar medidas jurídicas que ayuden a evitar la revictimización derivada de la reiteración de entrevistas por parte de profesionales no experimentados en DI y agilicen el proceso judicial.